Late Night Tales: Agnes Obel (2LP)

Formato: 2x12".

“Para mí, los sonidos siempre han sido más interesantes que las palabras”, dice Agnes Obel. “Me encanta cuando la voz se convierte en un instrumento y casi olvidas que es una voz humana”. Nunca esta idea resulta más acertada que en esta selección de música tan cuidadosamente programada como hechizante.

El álbum debut de Agnes, Philharmonics (2010), fue disco de platino en Francia y Bélgica, y —como era de esperarse— quíntuple platino en su natal Dinamarca, donde también ganó cinco Danish Music Awards (el equivalente a los Brit Awards) en 2011. Su segundo disco, Aventine, lanzado a finales de 2013, conservaba la misma calma medida de su debut. Alcanzó el platino en Bélgica y oro en Dinamarca y Francia.

Para el mix que tienes en tus manos, da la sensación de que Agnes recorrió el mundo en busca de almas afines —o canciones afines. Todo en él transmite una quietud, como el antónimo de la hora pico, como un lago congelado un domingo por la mañana. Esa atmósfera se ve reforzada por una verdadera cornucopia de nuevo material de Obel, incluyendo una interpretación fantasmagórica de la canción danesa Glemmer Du, el Poema sobre la muerte de Inger Christensen con música original, y un tema propio de Agnes titulado Bee Dance.

Entre las piezas seleccionadas está la enigmática cantante jamaicana Nora Dean, con la hipnótica y sensual producción de Duke Reid, Ay Ay Ay Ay (Angie-Lala), y la escueta y sarcástica Party Girl de Michelle Gurevich, tan buena que inspiró la película francesa del mismo nombre. También aparecen voces conmovedoras como las del Coro Folclórico de Bulgaria, Nina Simone, Ray Davies y la propia Agnes, que suenan sinceras y penetrantes. De algún modo, Agnes logra que incluso las piezas electrónicas se plieguen a su sensibilidad, como Great Mission de Yello, que se siente más cercana a Martin Denny que a Underworld, o Bloody Shadows From A Distance de la compositora griega de culto Lena Platonos, que late suavemente en lugar de golpear, y Obscura Primavera, una pieza recientemente redescubierta de Can, insólitamente contenida.

“Me sorprendió cuánto tiempo terminé dedicándole a esto. Recopilé todas las canciones junto con mi pareja Alex y nos pasamos horas escuchando discos, tratando de ver qué encajaba con qué. Parte de la música que incluí aquí estaba en mixtapes que hacíamos cuando solo éramos amigos en la adolescencia. Cada una de estas canciones me genera historias en la cabeza.”
—Agnes Obel, febrero de 2018